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Ecuador en la Alianza del Pacífico

23 de Julio de 2019

Que Ecuador va a entrar a la Alianza del Pacífico, AP, como Estado Asociado y luego, eventualmente, como miembro pleno, es un anuncio plausible. Durante el segundo semestre de 2019 se definirán los términos de referencia que guiarán la negociación.

Debido a que Ecuador mantiene acuerdos de libre comercio con tres de los cuatro países integrantes: Colombia y Perú, en el marco de la Comunidad Andina de Naciones, CAN, y Chile, con base en un acuerdo bilateral, que pronto será ampliado con nuevos compromisos, la tarea pendiente es México, país con el que mantenemos un convenio comercial limitado, que se remonta a un cuarto de siglo atrás.

Así, para avanzar por la vía rápida, que se abrió con la Declaración de Lima en la XIV Cumbre Presidencial, el primer paso es la negociación comercial con las contrapartes mexicanas, que tendrá ciertas dificultades, pero en ningún caso insalvables.

La posición inicial de su Secretaría de Economía ha sido muy razonable. Liberación del 90% del comercio, comenzando de forma inmediata con el 65% y con periodos de desgravación a 10 años. Previsiblemente, propondrán exclusiones en la mesa agrícola donde tienen producción sensible, lo que abrirá la posibilidad de que Ecuador haga lo propio para proteger a unos pocos sectores industriales que lo requieren.

Ante la alerta de que Ecuador quedaría expuesto a la competencia de la producción industrial mexicana, mucho más diversificada, es preciso recordar que en el ámbito de Mercosur tiene un acuerdo comercial con Brasil, cuya economía, incluso, es más grande que la del país azteca, con unas pocas exclusiones y periodos de desgravación que se cumplieron el año pasado.

El Protocolo Comercial de la Alianza del Pacífico establece como condición la liberación de manera inmediata del 92% de las partidas arancelarias, quedando el 8% restante a ser desgravado hasta 2030. Pero es preciso destacar que, en ese saldo, dependiendo de la nomenclatura, hay centenares de ítems que no quedan sujetos a la liberación inmediata.

Comparando ambos estándares, la negociación bilateral con México luce como el camino más aconsejable para avanzar nivelando el patrimonio comercial histórico que se mantiene con los otros tres países, siendo este un requisito sine qua non para alcanzar el estatus de miembro asociado en el futuro próximo.

La decisión de que Ecuador forme parte de la Alianza del Pacífico es una apuesta al futuro. El país no puede quedar aislado de un proceso de integración profunda que va más allá de la liberación de bienes, servicios, capitales y personas, e incluye una agenda de otros 24 temas (economía digital, emprendimiento e innovación, pymes, género, laboral, desarrollo minero, relacionamiento externo, etc.), que va en sintonía con la necesidad de crecimiento económico y un desarrollo más inclusivo en nuestras sociedades.

Un desafío que nos obliga a trabajar una agenda de competitividad, tanto general como sectorial, a fin de reducir costos potenciando la oferta exportable en los mercados internacionales.

Es cierto que si se comparan las exportaciones entre 2007 y 2017, se ha pasado de 6.800 a 24.700 millones de dólares, que si bien ha sido un incremento importante, básicamente, seguimos produciendo lo mismo. De ahí la urgencia de plantear una agenda para promover una mayor diversificación de la producción exportable, que incluya el apoyo de la banca de desarrollo estatal.

Es preciso mantener la decisión política de avanzar con la Alianza del Pacífico, evitando que las distracciones de política interna nos desvíen de la meta. 

Roberto Aspiazu

Fuente: El Universo

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